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Nociones erróneas sobre la psicopatía

La diseminación de ideas erróneas sobre víctimas y victimarios genera una paranoia y una psicosis en la población que no necesitamos. En lugar de ayudar, hacemos el problema más grave.





Índice



Introducción

Desde hace unos años se ha puesto de moda el término psicópata y sus variantes, como sociópata, narcisista, etc. En internet han proliferado “expertos” que parecen saber mucho del tema y que parecen tener una buena intención informativa. Desean compartir sus conocimientos y prevenir a las incautas víctimas para que no caigan en las redes de estos individuos. Y lo hacen sin darse cuenta de que, en realidad, están haciendo el problema más grande generando una alarma social que no procede.


Conozco cada vez a más mujeres que se han visto arrastradas por esta dinámica y ahora ven psicópatas por todas partes, y eso es peligroso. Estas personas viven convencidas de que la mayoría de las personas en su entorno son psicópatas; cualquiera que les hable de forma desagradable es un psicópata; si alguien les lleva la contraria o les hace sentir mal también, y esto no tiene ningún sentido. Estas son las paranoias que generan estos supuestos especialistas…


Estos "expertos" comentados aquí estudian psicopatía según los parámetros de la Academia, que son cuadrados e inflexibles, pero ni estudian victimización ni personalidad humana, y si lo estudian lo hacen también en base a lo que cuenta la Academia. Son incapaces de ir un poco más allá y sacar conclusiones propias sobre las cosas, y tampoco parecen tener la experiencia que se necesita para hablar con la autoridad con la que hablan. Normalmente tienen una teoría con la que trabajan, e intentan encajar todos los casos que conocen dentro de esa teoría. Esto, de alguna forma, lo hacemos todos los psicólogos, pero algunos nos cuestionamos cosas cuando algún caso no encaja en nuestros parámetros. La mayoría nunca se cuestiona nada y descartan la experiencia de sus pacientes cuando no encaja en lo que ellos consideran que es lo adecuado.


Esa forma de trabajar se traduce en la generación de unos perfiles humanos estancos que no tienen mucho que ver con el cómo somos las personas de verdad. Si algo caracteriza al ser humano es la flexibilidad. Las personas no somos una sola cosa, sino que tenemos muchos rasgos que nos hace ser seres multidimensionales, con diferentes y múltiples capacidades, habilidades y peculiaridades. Luego hay rasgos concretos que comparten las personas en la misma situación. Los psicópatas, por un lado, y las víctimas por otro, comparten rasgos, pero, como ya explicamos en otra entrada en la que hablamos de los perfiles maltratadores, son más las cosas que equiparan a víctimas y victimarios, que las cosas que los diferencian. Y eso es así porque las personalidades humanas se mueven dentro de un continuo en el que encajamos todos. No hay un perfil humano en el que encaje el psicópata que sea completamente diferente al del resto. La personalidad psicópata se mueve en el mismo continuo que la del resto de nosotros, solo que ellos estarían en un extremo de ese continuo.


Continuum hipotético de la personalidad humana
Continuum hipotético de la personalidad humana

Por otro lado, el cerebro traumatizado tiene muchos rasgos en común con el cerebro psicópata. Parece haber una tendencia en nuestro sistema nervioso a estropearse siempre de la misma forma. El psicópata ya viene de nacimiento con el cerebro estropeado; trae el daño cerebral de la cuna. A la víctima, sin embargo, se le estropea con el trauma. Pero la cosa es que la tendencia humana es la de verse afectado de la misma forma cuando hay problemas que afectan al sistema nervioso. Es como decir que el sistema nervioso siempre se rompe por el mismo lugar. Hay diferencias, claro está, cuando decimos que hay rasgos en común no queremos decir que sea exactamente igual, pero sí muy parecido.


Estas similitudes en el daño que sufre el sistema nervioso son las que hacen que los comportamientos sean muy similares entre víctimas y victimarios, como ya hemos explicado. Yo he creado una técnica terapéutica para tratar la psicopatía con la técnica neuroreprocesadora Brainspotting. Mi técnica se basa justamente en eso, en las similitudes entre el cerebro traumatizado y el cerebro psicópata, y en que, si una técnica neuroreprocesadora sirve para “curar” un cerebro traumatizado, tiene que servir también para tratar un cerebro psicópata.


Hoy vamos a ver unos rasgos concretos que se afirma que pertenecen solo al psicópata, pero que en realidad forman parte de la personalidad humana que todos compartimos. Los que seguís a los gurúes de internet seudoexpertos en psicopatía reconoceréis estos rasgos enseguida.


Solo el psicópata tiene capacidad de manipular a otros


El primer rasgo del que vamos a hablar es la capacidad de manipular a otras personas. Y todo el mundo entiende sin mayores explicaciones que todos tenemos la capacidad de manipular a otros, y que de hecho lo hacemos. En particular las mujeres tenemos grandes habilidades para manipular a otros, sin necesidad de ser psicópatas. La capacidad de manipular a otras personas no es un rasgo de la psicopatía, sino que es un rasgo humano.


Cuando hablamos de los perfiles de víctimas vimos que hay ciertos rasgos que se acentúan en las personas cuando sufren trauma, como la mezquindad, la capacidad de mentir o de manipular a otros. En ese sentido, podemos estar ante una persona muy manipuladora que haya sido una víctima de algo grave y la podríamos confundir perfectamente con un psicópata solo porque tiene una capacidad exagerada para manipular.


La lectura aquí, por lo tanto, es, si estoy frente a una persona muy manipuladora, ¿significa eso que estoy ante un psicópata? No. Radicalmente no. De hecho, yendo más lejos, me atrevo a afirmar que muchas víctimas utilizan al pseudopsicópata de la misma forma que el psicópata utiliza a la víctima, es decir, lo manipulan.


El psicópata transforma a las personas normales en víctimas


Ya hemos hablado mucho de esto, es una idea transversal en mis podcasts. La mayoría de las personas que se ven en situaciones de violencia en la edad adulta, o que sufren procesos de victimización en diferentes contextos, como el laboral, son personas que ya presentan un perfil de víctima por cosas que les hayan ocurrido en la niñez. En ese sentido, el psicópata, el maltratador, el pederasta, o incluso el ladrón de bolsos, eligen a sus víctimas entre las más vulnerables.


Que tú tengas vulnerabilidades en tu personalidad generadas por procesos de victimización te convierte en una presa fácil, como ya explicamos ampliamente. Y esto no lo decimos para hacer sentir culpable a nadie, sino para inducir un sentido de la responsabilidad en la víctima sobre su propio proceso de recuperación. En ese sentido, reconocer al psicópata es necesario y está muy bien, pero luego hay que hacer algo más. En concreto, lo que tiene que hacer la víctima es una terapia neuroreprocesadora, para poder integrar el cerebro y dejar de ser una víctima vulnerable. Esa es la única forma de salir del círculo de la violencia. Todo lo demás son parches.


Solo el psicópata utiliza estrategias de seducción como el love bombing


Este perfil cuadriculado de psicópata afirma que utilizan estrategias de seducción para hacerse con sus víctimas e idiotizarlas y esto tampoco es verdad tal cual.


Primero de todo, las víctimas ya vienen idiotizadas, como acabamos de explicar. Por otro lado, a muchas personas se les nota desde el principio que son mala gente o que están mal, y si las víctimas se quedan en esas relaciones es porque están traumatizadas, con un cerebro disociado, y no son capaces de verlo. Porque el cerebro disociado no permite que pienses con claridad, tus capacidades cognitivas quedan mermadas con la disociación.


En infinidad de relaciones de violencia o maltrato no hay ninguna seducción que valga, ni hay premeditación por parte del presunto psicópata, ni hay love bombing y ni siquiera hay un buen trato. Es una ilusión óptica que padece la mujer. Las mujeres con trastorno de apego que vienen programadas de la infancia para confundir el mal trato con el amor se sentirán atraídas por el primer imbécil que les haga caso y les trate suficientemente mal, y esto es algo duro de aceptar por las víctimas, pero muy necesario.


Por supuesto que hay casos con seducción y "bombardeo" de amor al principio, pero incluso en esos casos tampoco se puede decir que esta sea una táctica exclusiva del psicópata. Muchos hombres traumatizados hacen eso porque piensan que así van a conseguir que una mujer se quede con ellos y no los abandonen. Tienen una idea del amor sacada de las películas y lo han idealizado y repiten unos comportamientos que piensan que son los normales en todas las personas. Pero hay que decir que las mujeres también han sacado esta idea del amor de las películas y lo tienen idealizado. Otro punto más en común de víctimas y victimarios.


En las relaciones de pareja es normal que las personas demos una cara diferente en las primeras semanas. Cuando estás conociendo a alguien das tu mejor cara, y lo hacemos todos. Después eso cambia, pero no porque seamos psicópatas, sino porque nos habituamos y tomamos confianza. A medida que la relación avanza y surgen desacuerdos, si esa relación es la de dos personas víctima, como ya explicamos en maltratadores, lo que ocurre es que surge el miedo. Ambos componentes de la pareja sentirán que el otro puede abandonarlos y ese miedo a ser abandonado hará que la mujer profundice en su rol de víctima, y que el hombre se exprese con agresividad. Pero esta es una agresividad reactiva, no instrumental. El hombre reacciona así porque siente miedo, no porque sea un psicópata. A partir de ahí, el resto de las reacciones del hombre se pueden considerar también movidas por el miedo. Por ejemplo, hacer a la mujer económicamente dependiente de él es un intento desesperado de que la mujer no se vaya nunca. Muchas veces la mujer se queda en esa relación porque se compadece de ese hombre. Lo ve como una víctima porque así es, y por eso se queda, no porque el otro la esté manipulando.


Muchos de estos comportamientos los despliegan también los psicópatas, pero eso no significa que sean propios y únicos de ellos. Eso no es verdad.


Solo los psicópatas tienen una agenda oculta / solo los psicópatas se camuflan


Otra de las características que conformaría la personalidad de los psicópatas es una supuesta agenda oculta, que en la mayoría de los casos no existe. Y, además, que se camuflan.


Es verdad que a veces sí encontramos a hombres muy peligrosos con una agenda oculta, y es la de abusar sexualmente de menores. Ya hablé de esto en otra entrada y es algo de lo que nadie te habla, porque ni siquiera los pseudoexpertos lo saben. Cuando sí hablamos de psicópatas, la agenda oculta tiene que ver con que estos hombres son pederastas y buscan hacerse con una mujer que les haga unos hijos de los que poder abusar.


Pero excluyendo estos casos, esta teoría de la agenda oculta no tiene nada que ver con cómo se desarrollan la mayoría de las relaciones ni se puede generalizar a todas las personas con ciertos comportamientos. En caso de haber una “agenda oculta” en el hombre-víctima pseudopsicópata, sería la de intentar por todos los medios no ser abandonado por sus mujeres. Y eso también lo hacen las mujeres.


Digamos que todos ponemos en marcha estrategias para no ser abandonados, o para que nuestra pareja haga cosas en concreto que nosotros queremos que hagan. Entra dentro de la capacidad de manipular de la que hablábamos antes, y ya hemos visto que las mujeres (no psicópatas) practican esto con mucha más soltura que los hombres (no psicópatas).


Lo que yo encuentro a veces es que las mujeres hablan de una forma de comportarse de otras personas que es calculadora. Esto vincula con lo que hemos hablado antes de la personalidad de víctima. En la vida hay muchas personas capaces de aprovecharse de otros, y si tú tienes un aspecto vulnerable se van a dar cuenta e irán a por ti, como estamos explicando. Eso no es tener una agenda oculta.


Todo esto aplica a la ocultación también. Y claro que el psicópata auténtico se camufla. Yo he sido testigo personalmente de cómo lo hacen. Es un nivel de cinismo difícil de alcanzar por los demás mortales, pero eso no significa que los demás no lo hagamos. El cinismo no es exclusivo de la psicopatía.


Y siguiendo en esa línea es pertinente volver a recordar lo que hemos dicho hasta la saciedad: que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y que hay demasiadas personas en el mundo que no serían capaces de reconocer a alguien que quiere hacerles daño. Muchos psicópatas, o sencillamente, malas personas, no se camuflan ni hacen nada para simular su maldad y, sin embargo, algunas serían incapaces de verlo y se irían con ellos. Si hay un malote en 40 km a la redonda, una importante cantidad de mujeres van a ir a por ese malote, aunque por el camino se encuentren con 200 hombres buenos. Esta es la realidad del comportamiento femenino y ya es hora de empezar a reconocerlo.


Solo los psicópatas son narcisistas y están centrados en sí mismos


Cuando has tratado mucho con víctimas puedes distinguir perfectamente patrones de comportamiento de ellas. Otra de las características más prevalentes entre las víctimas de violencias interpersonales es el egoísmo. Cuando estás en ese estado disociado, la tendencia es la de mirar hacia dentro. Tus procesos internos precisan de tanta atención que a menudo solo te queda energía para estar atento a ti mismo. No ves nada de lo que ocurre fuera, y es otra de las razones por las que las mujeres-víctima no se enteran de que se están metiendo en relaciones dañinas para si mismas. Cuando el proceso de victimización es profundo puedes llegar a ser incluso insensible a las necesidades del otro. Hasta ese punto el perfil de la víctima se parece al del victimario. Que una persona sea egocéntrica no significa necesariamente que sea un narcisista o un psicópata. Si la víctima se pudiera observar a sí misma desde fuera y con un ojo crítico y realmente objetivo, ella misma se daría cuenta de lo muy absorbente y egocéntrica que resulta a los demás. La víctima exige a todo su entorno que se ocupen de ella, y puede llegar a utilizar incluso el chantaje emocional para ello.


Hubo un tiempo en mi vida en que yo estaba muy traumatizada. Yo era de tipo agresivo y mi estado de disociación era tan grave que yo era completamente insensible a las necesidades de los demás. No me conmovía el dolor ajeno y estaba muy centrada en mí misma y solo en mí misma. En esa época muchas personas me hubieran tachado de psicópata a juzgar por mis reacciones, algo que se escapa totalmente a la realidad, porque yo no soy psicópata.


Me parece una auténtica irresponsabilidad afirmar que solo el psicópata está centrado en si mismo, teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos ahora mismo. No es que el psicópata sea egocéntrico, es que el ser humano es egocéntrico. Esas mujeres que se las dan de generosas sin medida también son egocéntricas. Es su forma de encontrar la aceptación y el amor. Están pensando en sí mismas cuando hacen eso; en lo que los demás les van a aportar a ellas a su vida si consiguen hacerlos felices.


Solo el psicópata usa la triangulación


La triangulación no es un rasgo psicopático, es un rasgo de personas manipuladoras y/o inseguras. Es un comportamiento infantiloide que llevan a cabo algunas personas para encelar a sus parejas o para generar conflicto. Esto no tiene nada que ver con la psicopatía, sino con la tontuna humana. Que lo veamos cada vez más es un indicativo del nivel de infantilismo que padecemos hoy día en el mundo. Las personas, hombres y mujeres, que hacen esto, lo han aprendido como un modo de tener la atención de sus parejas durante todo el día, todos los días.


Es normal que la gente acabe pensando que el psicópata es más inteligente que la media, porque los pseudoexpertos les otorgan unos rasgos de personalidad que les hacen parecer así.


Conclusión


El Ciclo de la Violencia es un término que inventó una investigadora llamada Lenore Walker y que describió en un libro llamado The Battered Woman, la mujer maltratada, en 1979. Este ciclo describe la mecánica del maltrato, y va del siguiente modo: Se produce el maltrato; hay arrepentimiento y promesas de cambio; se sigue el proceso que llamamos “luna de miel”; vuelve a aumentar la tensión; se produce el maltrato.



Ciclo de la Violencia de Lenore E. A. Walker
Ciclo de la Violencia de Lenore E. A. Walker


Si os fijáis este ciclo se parece mucho a lo que hoy los pseudoexpertos afirman que es el comportamiento de los psicópatas. Y lo es, pero no exclusivamente. En realidad, este ciclo lo encontramos en personas de todo tipo, tanto psicópatas como personas normales. Pero lo encontramos sobre todo en víctimas. El hombre con trastorno antisocial, que no es psicopatía, lo desplegará muy a menudo.


Y aquí el hombre (no psicópata) no miente cuando dice que va a intentar cambiar. Sus intenciones son auténticas, pero no sabe cómo hacerlo ni recibe la ayuda necesaria y de calidad que necesita. El daño que sufre la víctima es real y es peligroso permanecer en una relación así, claro está y por más que sienta la víctima que lo puede ayudar, no puede.


Cuando hablamos de los tipos de maltratadores no entramos mucho en esto, pero es así como ocurre. Se puede decir que la mayoría de las relaciones que acaban en violencia, independientemente del tipo de maltratador que sea, van a desarrollarse siguiendo este ciclo. Y eso es así porque los procesos de victimización son cíclicos. Yo misma actuaba de forma cíclica. La persona gravemente traumatizada no tiene dos días iguales. El trauma genera unos desequilibrios emocionales que crean la montaña rusa de la que hablamos siempre los expertos. Que un día estás bien, y al día siguiente mal. Eso tiene su explicación en el trauma y no en la psicopatía. Si el psicópata lo hace también es porque este es un rasgo humano, no solo de ellos. Los desequilibrios están causados por las partes disociadas de la personalidad, y el psicópata también tiene partes disociadas, más agravadas incluso, y de ahí que a veces parezca que estamos tratando con dos personas diferentes.


La amiga de la que hablaba al principio vive convencida de que su madre es psicópata. Después de su madre están varias de sus parejas, un médico que la trató, varios jefes y otros familiares. Esta mujer parece haber sido víctima de abusos sexuales en la infancia a manos de su padre. Sin embargo, a su padre no lo menciona como psicópata. Es el único familiar del que no habla en esos términos. Y es curioso, porque según mi observación con víctimas de abusos, los pederastas son psicópatas en un grado importante, como he mencionado antes. La conclusión es que la mujer traumatizada terminará viendo psicópatas donde no hay nada y el psicópata de verdad se le pasará completamente desapercibido. Lo he visto de forma sistemática en supervivientes de abusos sexuales, que se casan con pederastas a su vez, porque son incapaces de reconocerlos.


Después de todo esto sé que muchas os estaréis preguntando, y entonces, ¿cómo reconozco a un psicópata? A lo que yo respondería: ¿cuál es la necesidad de saberlo? Lo importante no es cómo sea el otro, sino cómo eres tú. Si has sido víctima y no te has tratado el trauma, quien tiene un problema eres tú. Si quieres verte libre de psicópatas y maltratadores, haz terapia neuroreprocesadora e integra el trauma. Solo así lograrás que tu sistema nervioso madure y podrás salir del trauma y la disociación, y podrás ver claro y alcanzar la lucidez que necesitas. Después no te costará discernir a las personas con malas intenciones.


Porque al final, esta información que las personas reciben de internet no ayuda a evitar el problema. Solo sirve para etiquetar y estigmatizar a unas personas que quizás no sean lo que pensamos que son. Ninguno de estos pseudoexpertos te diría que la solución está en cambiar tú, con lo que acaban reforzando tu rol de víctima.


Y por si sirve de algo, añadiré una anécdota personal a modo de ejemplo. Yo tuve una relación con un hombre que me maltrató y yo misma estuve confundida mucho tiempo con respecto a esta relación, porque me dejaba llevar por lo que decían los expertos, y, en mi caso particular, por el feminismo. Según el relato oficial, mi expareja era un hombre cruel y despiadado, con una psicopatía terrible que le permitía ocultarse y dar una cara que no era la auténtica. Me lo quería creer, pero aquello no encajaba con lo que yo había visto en él. Solo cuando integré el trauma y miré hacia atrás me di cuenta de que aquella versión oficial estaba completamente equivocada. Aquel hombre no era ningún psicópata. Éramos solo dos víctimas intentando sobrevivir.


Si le dices al psicólogo que tu pareja maltratadora siempre te ha parecido una víctima y el psicólogo insiste en que es tu visión distorsionada de la realidad y que eso no es una víctima sino un psicópata, es que ese psicólogo no tiene ni idea de lo que habla. Entraste en esa relación por afinidad con esa persona, y si lo percibes como una víctima es porque seguramente lo es. El psicópata de verdad no tiene aspecto de víctima ni siquiera cuando llora, y sus víctimas nunca dirían de ellos que han sido víctimas de algo. Tú no te equivocas percibiéndolo así. Lógicamente, eso no significa que puedas seguir con esa relación. Si estás en una relación de violencia tienes que irte.


Este discurso sobre lo muy parecidas que somos las personas puede parecer incoherente con lo que trato de explicar siempre, es decir, que no todos somos psicópatas y que no cualquiera es capaz de matar o de comportarse de ciertas formas; que hay ciertos límites que la mayoría no vamos a cruzar. En realidad, mi argumentación no es incoherente. Lo que digo aquí no es que todos seamos iguales. Nunca diría eso, muy al contrario, lo que siempre digo es que no todos somos iguales. Lo que intento decir aquí es que algunas veces se tacha de psicópata a individuos que no lo son. Hablábamos del estigma cuando hablamos de maltratadores. En esa línea, también es peligroso estigmatizar a una persona de psicópata cuando no lo es. Aquí estamos generando una paranoia que no nos ayuda y con estas aclaraciones yo intento aportar un granito de arena informativo que te saque de la ignorancia y te ayude a recuperar tu vida.


La consigna de los expertos en psicopatía es: “Si reconoces a un psicópata, huye”. Y estoy de acuerdo con esto, si reconoces a un psicópata tienes que huir. Pero hazte un favor y huye también de los charlatanes de internet que ven psicópatas por todas partes…


Cuídate mucho, por favor.



Puedes escuchar el podcast correspondiente a esta entrada aquí.


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